Golpe a golpe, beso a beso, andamos por la vida tratando de recordar quiénes somos.
Verdades, miedos, ausencias… tránsitos hacia una nueva vida muriendo para ser libres, viviendo para encontrar nuestra verdad.
Buscamos incesantemente la verdad dormida aún en la quietud para que se revele nuestra autenticidad. Caemos, nos levantamos, superamos el hastío y encontramos una luz que siempre nos había acompañado.
Una sonrisa se esboza en nuestro rostro para reconocer que el viaje era hacia nuestro propio interior. Todo fue tan sólo un reflejo de nuestras propias limitaciones.
Tras el vacío sólo queda andar nuevamente besando el aire a nuestro paso sabiendo que todo fue un sueño dentro de otro sueño, y de otro, de otro, de otro…