Hola Julieta. ¡Cómo nos marca la infancia! Nuestros padres muchas veces sin pretenderlo, con sus juicios nos reprimen y van creando limitaciones a nivel muy profundo, porque entendemos, ya que son nuestros referentes, que si ellos lo dicen, es así.
Nos convertimos en seres incompletos porque una parte nuestra queda oculta. A medida que pasa el tiempo, el niño, frena sus impulsos, se esconde, se oculta de los demás, se retrae y se vuelve carente, porque una parte suya se desconectó de la vida y el amor hacia sí mismo se esfuma poco a poco.
Y, claro, si uno no se ama porque de alguna manera se siente feo, o sucio, digno de no ser atendido, mirado o merecedor, se vuelve invisible, oscuro y triste. La luz que trae el niño, se apaga poco a poco y la vida también.
¿Qué puedes decir de esto, Julieta?