Julieta, si hubieras tenido un hijo ¿cómo lo hubieras tratado? No es una pregunta fácil, pero ¿recuerdas cómo te trataron a ti y cómo te hubiera gustado que te trataran? Quizá de mayor pensaste alguna vez cómo creíste que pudieran hacerlo en algún aspecto. Yo, si te sirve de alto, creo que los padres hacen lo que pueden y saben, pero también que ya sería tiempo de que la sociedad cambiara su forma de educar y formar a los niños. Quizá un padre o una madre lo vea así, pero las obligaciones y el trabajo no les permiten hacerlo de otra forma.
Sí se, que en la medida de lo posible, necesitan atención, aparte de cuidados y educación. Porque el hecho de que se sientan importantes les crea una sensación de pertenecer, de ser capaces y suficientes, de sentirse valorados. ¿Cómo fue tu niñez? ¿Te sentiste querida?
Muchas veces sentimos un vacío existencial o una falta de nutrirnos de amor que luego sustituimos por la comida u otras cosas que nos crean dependencia, todo por una carencia emocional que el cuerpo, con su memoria, recuerda.
Sentirse abandonados, aún teniendo consigo a sus padres, da lugar a que cuando sean mayores sientan que la vida les ha abandonado también. Sus proyectos de vida, como ellos fueron para sus padres, se truncan o simplemente se hacen imposibles. Todo se trata de reconocer la experiencia, olvidar y perdonarse.
Yo por mi parte, pido perdón a mis hijos e hijas en cualquier línea de tiempo cuando o les dediqué la atención que necesitaban, los cuidados y priorizarlos. Porque un niño o niña, debería ser la prioridad de los padres, ya que son indefensos y no saben valerse por sí mismos, aunque haya que renunciar a cosas que “creemos” importantes. ¿Te pasó a ti, Julieta?